viernes, 11 de junio de 2010


Juan Cordero

Estudió en la Academia de San Carlos y más tarde en la de San Lucas, de Roma; en esta última pintó algunas obras interesantes y de excelente ejecución.


A su retorno a México venía acompañado tanto del éxito como artista, como de una valiosa producción. Aquí disputó, sin triunfo, la dirección de la Academia a Pelegrín Clavé. Tras su regreso a México pintó los retratos del general Santa Anna y de su esposa doña Dolores Tosta. Este último es del mayor interés por su concepción y ejecución, pues la señora aparece de pie, ataviada de gala, con un espléndido traje, en el interior de uno de los salones del Palacio Nacional.


Revivió la pintura mural en la iglesia de Santa Teresa, donde pintó la cúpula, interesante obra arquitectónica de Lorenzo de la Hidalga. Esta obra provocó discusiones entre los críticos, pues mientras unos la ensalzaban, a otros les parecía, por lo menos, extraña.

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