lunes, 14 de junio de 2010

BARROCO

En el siglo XVII, nació el estilo colonial, interpretación americana del Barroco, este produjo una fabulosa cantidad de monumentos; el aporte indígena cobró jerarquía propia y gradualmente los indios se adentraron en las creaciones arquitectónicas, primero como ayudantes de sus maestros y luego crearon ellos mismos obras arquitectónicas resolviendo los problemas de forma y color. Las ciudades mexicanas se poblaron con las muestras extraordinarias de este movimiento como catedrales, templos, palacios, capillas, ayuntamientos y casonas. Un ejemplo claro de este estilo es la catedral de México, caracterizándose por la diversidad de sus formas y un creador ejercicio de la libertad para la composición de éstas; lo que en México y otros territorios de la Nueva España se manifestó respondiendo a circunstancias sociales específicas.

En el sentido de las artes plásticas y la pintura los artistas del Barroco quisieron impresionar al espectador, se dirigieron a los sentidos y a la imaginación. La ilusión de enormes espacios, las proposiciones colosales y la grandiosidad, sumados a los materiales empleados (piedra, mármol, pintura, oro y estuco), produjeron la sensación buscada. Expresividad y movimiento logrado por medio de la composición en diagonal, la teatralidad en los gestos, el movimiento de los ropajes que se proyectan hacia el exterior y se pliegan como movidos por el viento. Intentan esculpir la figura en el momento de la acción como si fuera una instantánea. Los primeros artistas que destacan en México son europeos: Peyrens, Andrés de la Concha y Baltazar Echave. Sus obras son de tendencia religiosa. Y por esto los primeros pintores barrocos nacidos en México son hijos de los anteriores y, como ellos, pintan la vida de los santos, que es una clara característica del Barroco. Posteriormente, Velasco, Villalpando y Correa, incursionan en los mismos temas. Su estilo es claramente barroco y simbólico. Entre las más conocidos: Apocalipsis en la Catedral de México, La conversión de Santa María Magdalena, hoy en la Pinacoteca Virreinal y Santa Catarina y Adán y Eva arrojados del paraíso este último en el Museo del Virreinato de Tepoztlán.
En la arquitectura fue hasta más o menos del siglo XVII que se comenzaron a manifestar renovadores cambios en la arquitectura de la ciudad de México. Obedeciendo a una tendencia de carácter universal, se produjo una tensión entre los arquitectos conservadores y los de vanguardia de aquella época; esto es, entre quienes todavía consideraban válida y vigente la arquitectura manierista y entre aquellos que, buscando una mayor riqueza de expresión, comenzaron a desarrollar y a incorporar en sus obras los nuevos elementos barrocos prefigurados en la poesía de la época.



Cuando finalmente parecía que en Nueva España se abandonaban los ejemplos inspirados en la antigüedad grecolatina, que había importado la corriente renacentista y de cierta manera se buscó dar expresión plástica a los anhelos libertarios de los criollos, a través de ella. Fue por eso que la arquitectura barroca europea fue modelo de la novó hispana a lo largo del siglo XVII.
Llegando finalmente, en el siglo XVIII, hasta su máxima expresión en las formas del churrigueresco; columnas griegas que consistían en pedestales de forma piramidal invertida, coronados con bustos o efigies de dioses, cuajadas de guirnaldas, jarrones, florones y angelillos que recubrían fachadas enteras. Desprendiéndose del refinado culteranismo de la poesía que le fue contemporánea, el arte barroco en la arquitectura, la escultura, el labrado de maderas y la orfebrería nunca pretendió ser entendido por la razón ni por la inteligencia, sino por los sentidos; buscando fuertes efectos emocionales en el espectador.


En la literatura los poetas barrocos, con sus argucias, utilizan lo paradójico, lo antitético, lo contradictorio, lo exagerado, lo mitológico, el impacto literario, los efectos tremendistas, las descripciones sorpresivas, la exageración. También hacen juegos y caprichos literarios como anagramas, emblemas, laberintos y símbolos. El gusto por la exageración lleva al artificio o, barrocamente diríamos, viceversa.
Una de las personas más representativas del Barroco en México fue sin duda Sor Juana que debido a su extraordinaria obra poética fue llamada por sus contemporáneos la Décima musa. Entre sus obras se cuentan sonetos, redondillas, romances y liras, cuyos temas básicos son la ciencia, la filosofía y el amor; temas tratados igual con simplicidad y gracia que con excesiva y rebuscada complejidad.

1 comentario:

  1. El periodo barroco sin duda fue uno de los mas representativos en nuestro México, gran numero de iglesias y catedrales cuentan con las características de este movimiento.
    Estos fueron los primeros avances del México colonicado, cuando la gran influencia de los Españoles se comenzó a notar.
    El arte barroco es impresionante en su arquitectura, los edificios son grandes y con gran detallado en sus figurillas que adornan el exterior.

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